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lunes, 21 de enero de 2008

CUIDADO DE LA SALUD DURANTE EL EMBARAZO

Ahora que está embarazada, es más importante que nunca que se cuide. Por descontado, todo el mundo -su médico, sus familiares, sus amigos, sus compañeros de trabajo e incluso algún desconocido- querrán darle consejos sobre lo que debería y no debería hacer durante el embarazo. Pero mantenerse sana durante el embarazo sólo depende de usted, de modo que es fundamental que se informe sobre las muchas formas de cuidar de su salud y de la salud de su bebé durante el embarazo.
Cuidados prenatales

La clave para proteger la salud de su bebé está en recibir cuidados médicos prenatales con regularidad. Si cree que puede estar embarazada, llame al profesional de la salud que desea que supervise su embarazo para pedirle hora de visita.

Usted debería hacerse la primera revisión prenatal durante las primeras seis a ocho semanas de embarazo, es decir, cuando la menstruación se le haya retrasado de dos a cuatro semanas.
En la primera visita, el profesional de la salud que usted haya elegido estimará de cuántas semanas está basándose en la exploración física y la fecha en que tuvo la menstruación por última vez. Y utilizará esa información para predecir la fecha del parto (de todos modos, las ecografías que le hagan cuando el embarazo esté más avanzado ayudarán a precisar más esa fecha).

Si usted está sana y no hay ningún factor de riesgo que pueda complicar el embarazo, probablemente bastará con se haga revisiones prenatales con la siguiente periodicidad:

* Cada cuatro semanas hasta la semana de embarazo 28.
* A partir de entonces, cada dos semanas hasta la semana 36.
* Luego una vez a la semana hasta el parto.

A lo largo del embarazo, el profesional de la salud que haya elegido para que supervise su embarazo le pesará y le tomará la tensión arterial al tiempo que evalúa el crecimiento y el desarrollo del bebé (lo hará palpándole el abdomen, midiéndole a usted el vientre y escuchando el latido cardíaco del feto a partir del segundo trimestre de embarazo). Durante el embarazo, también le practicarán varias pruebas de diagnóstico prenatal, incluyendo análisis de sangre, de orina y exploraciones del cuello uterino y probablemente una ecografía como mínimo.

Si usted todavía no ha elegido un profesional de la salud para asesorarle y tratarle durante el embarazo, podrá optar entre varias alternativas posibles:

* Obstetras / ginecólogos (médicos especializados en el embarazo y el parto, aparte de en el apartado reproductor femenino y la salud de la mujer en general).
* Médicos de familia (médicos que ofrecen una amplia gama de servicios a pacientes de todas las edades -a veces incluyendo la obstetricia).
* Enfermeras tituladas (enfermeras especializadas en las necesidades sanitarias de las mujeres embarazadas, incluyendo los cuidados prenatales y la atención durante el parto y el alumbramiento, así como los cuidados posparto en los embarazos "normales"). Elija siempre una enfermera titulada que esté especializada en este campo.

Cualquiera de estas opciones puede ser una buena elección si usted está sana y no hay ningún motivo para anticipar posibles complicaciones durante el embarazo. No obstante, las enfermeras necesitan tener a un médico disponible en el caso de que surjan problemas inesperados durante el parto o de que deba practicarse una cesárea.
Nutrición y suplementos

Ahora que usted está comiendo para dos (¡o más!), no es el mejor momento para escatimar calorías o ponerse a dieta. De hecho, ocurre justamente lo contrario -necesita aproximadamente 300 calorías diarias más para alimentar al bebé que lleva en el vientre, sobre todo cuando el embarazo esté bastante avanzado y el bebé esté creciendo muy deprisa. Si usted es muy delgada y espera gemelos, necesitará ingerir todavía más calorías. Pero, si tiene sobrepeso, el médico le recomendará reducir el aporte de calorías extra.

Comer de forma saludable y equilibrada siempre es importante, pero lo es todavía más durante el embarazo. Por ello es importante que se asegure de que las calorías que ingiere proceden de alimentos nutritivos para que puedan contribuir al crecimiento y desarrollo del bebé.

Intente seguir una dieta equilibrada que incorpore los siguientes alimentos:
* carne magra
* fruta
* verdura
* pan integral
* productos lácteos de bajo contenido en grasas

Si sigue una dieta saludable y equilibrada, tendrá más probabilidades de obtener los nutrientes que necesita. Pero necesitará más nutrientes esenciales (sobre todo calcio, hierro y ácido fólico) que los que necesitaba antes de quedarse embarazada. El profesional de la salud que supervise su embarazo le mandará vitaminas prenatales para estar seguro de que tanto usted como su bebé en proceso de crecimiento se están alimentando bien.

De todos modos, el hecho de tomar vitaminas prenatales no significa que usted pueda seguir una dieta desequilibrada y a la que le falten nutrientes. Es importante que recuerde que debe alimentarse bien durante el embarazo. Las vitaminas prenatales son suplementos para completar la dieta, no un sustituto de la misma ni la única fuente de nutrientes.

La mayoría de mujeres de 19 años en adelante -incluyendo las que están embarazadas- no suelen ingerir diariamente los 1.000 mg de calcio recomendados. Debido a que los requerimientos nutricionales de un bebé en proceso de crecimiento son altos, usted debería aumentar el aporte de calcio para impedir que se le descalcifiquen los huesos. Es posible que el suplemento de vitaminas prenatales que le recete el médico también contenga calcio.

Entre las fuentes ricas en calcio se incluyen:

* los productos lácteos bajos en grasas, incluyendo la leche, el queso y el yogur
* los productos enriquecidos con calcio, como el zumo de naranja, la leche de soja y los cereales
* las verduras de hoja verde oscuro, como las espinacas, la col rizada y el brócoli
* el tofu
* las judías secas
* las almendras

Las mujeres embarazadas necesitan ingerir entre 27 y 30 mg de hierro cada día. ¿Por qué? Porque el hierro es necesario para fabricar hemoglobina, el componente de la sangre y que confiere a los glóbulos rojos su color característico. Los glóbulos rojos circulan por todo el cuerpo para transportar oxígeno a todas las células.

Si una persona no tiene suficiente hierro, su cuerpo no puede fabricar suficientes glóbulos rojos y sus tejidos y órganos no reciben el oxígeno que necesitan para funcionar bien. Por eso es importante que las mujeres embarazadas ingieran suficiente hierro en la dieta, tanto para ellas mismas como para sus bebés es proceso de desarrollo.

A pesar de que este nutriente se puede encontrar en distintos tipos de alimentos, el hierro procedente de la carne se absorbe más fácilmente que el de origen vegetal.

He aquí algunos ejemplos de alimentos ricos en hierro:

* carne roja
* volatería de carne oscura
* atún
* salmón
* huevos
* tofu
* judías secas y guisantes
* frutas deshidratadas
* verduras de hoja verde oscuro
* melaza negra
* cereales para el desayuno enriquecidos con hierro.

Ácido fólico

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU (CDC) recomiendan que todas las mujeres en edad de procrear -y sobre todo aquellas que hayan planeado quedarse embarazadas- tomen un suplemento de 400 microgramos (0,4 miligramos) de ácido fólico cada día. Puede formar parte del suplemento multivitamínico prenatal o bien tomarse aparte, además del ácido fólico consumido a través de la dieta.

¿Por qué es tan importante el ácido fólico? Los estudies han mostrado que tomar suplementos de ácido fólico un mes antes de la concepción y durante los tres primeros meses de embarazo reduce el riesgo de defectos del tubo neural en el bebé en hasta el 70%.

El tubo neural -que se forma durante los primeros 28 días de embarazo, a menudo antes de que una mujer sepa siquiera que está embarazada- acaba dando lugar al cerebro y la columna vertebral del bebé. Cuando el tubo neural no se forma o cierra correctamente, el resultado es un defecto del tubo neural como la espina bífida.

De nuevo, el profesional de la salud que supervise su embarazo le recetará un suplemento multivitamínico prenatal que contenga la cantidad adecuada de ácido fólico. Algunos profesionales de la salud recomiendan incrementar todavía más el aporte de ácido fólico, especialmente en aquellas mujeres que han tenido previamente un niño con un defecto en el tubo neural.

Si usted adquiere un suplemento multivitamínico de venta sin receta médica, deberá tener en cuenta que, aunque la mayoría de ellos contienen ácido fólico, no todas contienen la cantidad adecuada para cubrir las necesidades nutricionales de una mujer embarazada. De modo que lea atentamente las etiquetas de estos productos y pida consejo a su médico antes de adquirirlos.

Beba abundante líquido

También es importante beber abundante líquido, sobre todo agua, durante el embarazo. El volumen sanguíneo de una mujer aumenta espectacularmente durante el embarazo, y beber suficiente agua cada día puede ayudarle a evitar problemas bastante habituales durante el embarazo, como la deshidratación y el estreñimiento.

Haga ejercicio

Las directrices dietéticas para el año 2005 recomiendan que las mujeres embarazadas dediquen 30 minutos o más cada día a una actividad física moderadamente intensa. Está demostrado que hacer ejercicio durante el embarazo es sumamente beneficioso.

El ejercicio regular puede ayudar a:

* prevenir el sobrepeso
* reducir los problemas asociados al embarazo, como el dolor de espalda, las piernas hinchadas y el estreñimiento.
* dormir mejor
* aumentar la energía
* mejorar el aspecto físico
* prepararse para el parto
* reducir el tiempo de recuperación posparto

Si usted ya hacía ejercicio antes de quedarse embarazada, pregúntele a su médico si es seguro continuar con el mismo programa de ejercicios. Si usted no solía hacer ejercicio antes de quedarse embarazada y/o el suyo es un embarazo de alto riesgo, pregúntele cómo puede empezar a hacer ejercicio de forma segura.

Las actividades de bajo impacto y moderada intensidad (como andar o nadar) son muy buenas elecciones. El yoga o el método Pilates, así como los DVD o vídeos de gimnasia suave para embarazadas también son buenas opciones. Todas ellas son actividades de bajo impacto y trabajan tanto la fuerza, como la flexibilidad y la relajación.

De todos modos, durante el embarazo usted debería limitar el ejercicio aeróbico de gran impacto y evitar los deportes o actividades que conllevan un riesgo de caídas y/o de lesiones abdominales. Entre las actividades que están prohibidas durante el embarazo, se incluyen los deportes de contacto, el esquí alpino y la equitación.

También es importante que sea consciente de los cambios que se están produciendo en su cuerpo. Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer produce una hormona denominada relaxina, que se cree que ayuda a preparar el área pubiana y el cuello uterino para el parto. Esta hormona afloja los ligamentos, haciendo que a la mujer le resulte más difícil mantener el equilibrio y que sea más proclive a las caídas.

Por eso es más fácil que una mujer embarazada se haga torceduras o distensiones, sobre todo en las articulaciones de la pelvis, la espalda inferior y las rodillas. Además, su centro de gravedad cambiará conforme vaya avanzando el embarazo, aumentando el riesgo de caídas. Tenga en cuanta todo esto a la hora de elegir una actividad física, y no se pase de la raya.

Independientemente de la actividad concreta que elija, haga descansos frecuentemente mientras hace ejercicio y recuerde beber abundante líquido. Y utilice el sentido común: si nota que le falta el aliento, se empieza a encontrar mal o tiene alguna molestia, baje el ritmo o interrumpa la actividad. Si tiene alguna duda sobre la práctica de alguna actividad en concreto durante el embarazo, consulte a su médico para que le dé recomendaciones específicas al respecto.

Duerma lo suficiente

Es importante que duerma lo suficiente durante el embarazo. Su cuerpo está trabajando muy duro para acoger en su interior una nueva vida, de modo que se sentirá más cansada de lo habitual. Y, a medida que vayan creciendo tanto el bebé como su vientre, le costará cada vez más encontrar una postura cómoda, para dormir.

Probablemente la postura que le resultará más cómoda para descansar y para dormir a medida que vaya avanzando el embarazo será acostarse sobre un costado con las rodillas flexionadas. Así el corazón podrá funcionar mejor, porque las grandes venas y arterias que llevan sangre al y desde el corazón y por las piernas no quedarán comprimidas por el peso del bebé. Esta postura de descanso también ayuda a prevenir las varices, el estreñimiento, las hemorroides y las piernas hinchadas.

Algunos profesionales de la salud recomiendan a las mujeres embarazadas dormir específicamente sobre el costado izquierdo. Puesto que el hígado se encuentra en la parte derecha del abdomen, acostarse sobre el lado izquierdo impide que el peso del útero presione ese órgano tan voluminoso. Esta postura también optimiza el flujo sanguíneo hacia la placenta y, por tanto, la cantidad de oxigeno que le llega al bebé.

Pregúntele a su médico qué postura de descanso le recomienda. En la mayoría de los casos, descansar sobre cualquiera de los dos costados va bien, al permitir liberar a la espalda de parte del peso que tiene que cargar durante el día. Para estar más cómoda, póngase cojines entre las piernas, detrás de la espalda y debajo del vientre.

Sustancias a evitar

Cuando una mujer está embarazada, lo que evita introducirse en el cuerpo (o exponerse a ello) es casi tan importante como lo que hace. He aquí algunas sustancias a evitar:

Alcohol

Aunque tomarse una cerveza o una copa de vino con los amigos de vez en cuando puede parecer inofensivo, nadie ha determinado cuál es la cantidad "segura" de alcohol que se puede tomar durante el embarazo. El alcohol, una de las causas más frecuentes de anomalías congénitas mentales y físicas, provoca problemas más graves en un feto en proceso de desarrollo que la heroína, la cocaína o la marihuana.

El alcohol llega rápidamente al feto, que está mucho menos equipado que la madre para eliminarlo de su organismo. Esto significa que el feto tiende a desarrollar una concentración de alcohol en sangre elevada, que permanece en su organismo durante períodos de tiempo más largos que en el organismo de la madre. Y el consumo moderado de alcohol, así como las borracheras periódicas, puede provocar daños importantes en el sistema nervioso del bebé en proceso de desarrollo.

De todos modos, si usted se tomó una o dos copas antes de saber que estaba embarazada (como hacen muchas mujeres), no se preocupe demasiado por ello. Pero, a partir de ahora que ya sabe que lleva un bebé en el vientre, la mejor apuesta es no tomar ni una gota de alcohol durante el embarazo.

Drogas

Las mujeres embarazadas que consumen drogas están exponiendo a sus bebés a múltiples riesgos, incluyendo el parto prematuro, el retraso del crecimiento, diversas anomalías congénitas y problemas de aprendizaje y de conducta. Y sus hijos pueden nacer siendo adictos a la sustancia que ellas consumieron durante el embarazo.

Si a pesar de estar embarazada, usted sigue consumiendo drogas, pida a su médico que le recomiende un programa o centro de desintoxicación y deshabituación a las drogas para que pueda tener un embarazo más sano. Existen programas de deshabituación subvencionados de los que se pueden beneficiar gratuitamente o a bajo precio aquellas personas que dispongan de pocos recursos económicos. Si usted ha consumido cualquier tipo de droga en algún momento durante el embarazo, es importante que informe al profesional de la salud que supervisa su embarazo. Aunque usted haya abandonado el hábito de consumir drogas, su bebé podría encontrarse en situación de riesgo de padecer problemas de salud.

Nicotina

¿Se le ocurriría encender un cigarrillo, ponérselo en la boca a su bebé y animarle a dar una calada? Por muy ridícula que pueda parecerle esta escena, las mujeres embarazadas que continúan fumando están obligando a fumar al feto que llevan dentro. La madre fumadora pasa nicotina y monóxido de carbono a través de la sangre al bebé que se está formando en su vientre.

Los riesgos que corre el feto de una madre fumadora incluyen:

* parto de bebé muerto
* parto prematuro
* bajo peso al nacer
* síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
* asma y otros problemas respiratorios.

Si usted es fumadora, tener un bebé puede ser una motivación adicional para abandonar el hábito de fumar. Hable con su médico sobre las opciones disponibles para dejar de fumar.

Cafeína

El abuso de la cafeína también se ha asociado a mayor riesgo de aborto, de modo que lo más sensato es que limite, o mejor que evite, el consumo cafeína, si es capaz de hacerlo.

Si se le hace muy cuesta arriba dejar de golpe el café, pruebe lo siguiente:

* Empiece reduciendo el consumo a una o dos tazas de café al día.
* Reduzca gradualmente la cantidad de cafeína ingerida combinando el café descafeinado con el café con cafeína.
* Al final, deje completamente de tomar café con cafeína.

Y recuerde que la cafeína no se encuentra solamente en el café. El té verde y el té negro, las bebidas de cola y otros refrescos también contienen cafeína. Intente cambiarse a productos descafeinados (que es posible que contengan un poco de cafeína, aunque en cantidades mucho menores) o a alternativas que no lleven cafeína.

En el caso de que se esté preguntando si también debería dejar de tomar chocolate, que también contiene cafeína, la buena idea es que puede tomarlo, aunque con moderación. Mientras que una tableta de chocolate contiene un promedio de entre 5 y 30 miligramos de cafeína, una taza de café contiene entre 95 y 135 miligramos. O sea que no pasa nada por tomar pequeñas cantidades de chocolate durante el embarazo.

Cuidado con determinados alimentos

Aunque necesita comer abundantes alimentos saludables durante el embarazo, también necesita evitar las enfermedades que se pueden transmitir a través de alimentos, como la listeriosis y la toxoplasmosis, que pueden poner en peligro la vida del feto y provocar anomalías congénitas o abortos.

Manténgase alejada de los siguientes alimentos:

* Quesos cremosos no pasterizados (a menudo anunciados como "frescos"), incluyendo el queso feta, el de cabra, el Brie, el Camembert y el queso azul o Roquefort.
* Leche no pasterizada, zumos y sidra de manzana.
* Huevos crudos o alimentos que contengan huevo crudo, incluyendo las mousses, el tiramisú, las pastas elaboradas con masa insuficientemente cocida, los helados caseros y los aliños para ensaladas que contengan yema de huevo cruda.
* Carne, pescado (sushi) o marisco crudos o poco hechos.
* Embutidos, carne picada o salchichas poco hechas.

Asimismo, a pesar de que el pescado y el marisco pueden ser partes sumamente sanas de su dieta (al ser ricos en los beneficiosos ácidos grasos omega-3 y en proteínas y contener muy pocas grasas saturadas), debería evitar las siguientes especies:

* tiburón
* pez espada
* caballa gigante
* azulejo

Estos peces pueden contener niveles de mercurio elevados, que pueden provocar lesiones cerebrales en el feto en proceso de desarrollo. En lo que se refiere al consumo total de pescado y marisco, coma una variedad de pescado y marisco, pero limite la cantidad a unos 340 gr. a la semana -lo que corresponde aproximadamente a dos comidas.

No limpie el cajón de los excrementos del gato

Si tienen uno o varios gatos en casa, el embarazo es un período durante el cual debería abstenerse de limpiar el cajón de los excrementos de su mascota. ¿Por qué? Porque una infección denominada toxoplasmosis se puede contraer al entrar en contacto con excrementos de gato. La toxoplasmosis puede provocar graves problemas durante el embarazo, incluyendo parto prematuro, retraso del crecimiento y graves anomalías oculares y cerebrales en el feto. Cuando una mujer embarazada contrae esta infección a menudo no presenta síntomas, pero, aún y todo, puede transmitírsela al bebé en proceso de desarrollo.

Medicamentos de venta con y sin receta médica

Incluso algunos fármacos de venta sin receta médica de uso frecuente que, por lo general, son seguros están prohibidos durante el embarazo debido a sus efectos potenciales sobre el bebé. Y algunos medicamentos de venta con receta médica también pueden ser perjudiciales para el feto en proceso de desarrollo.

Para asegurarse de no tomar nada que podría ser perjudicial para el bebé:

* Pregunte a su médico que medicamentos -de venta con y sin receta médica- son seguros durante el embarazo.
* Informe a todos los profesionales de la salud que le atiendan de que está embarazada para que lo tengan en cuenta cuando le recomienden o receten algún medicamento.
* Comente con su médico cualquier duda que tenga sobre remedios naturales, suplementos y vitaminas.

Si antes de quedarse embarazada le recetaron algún medicamento para una enfermedad o trastorno que todavía padece, consulte a su médico para que le ayude a sopesar los efectos beneficiosos y los riesgos potenciales de seguir medicándose y de dejar de hacerlo.

Si cae enferma (por ejemplo, se acatarra) o tiene síntomas molestos o dolorosos (por ejemplo, dolor de cabeza o de espalda), pregúntele a su médico qué medicamentos puede tomar sin problemas durante el embarazo y si hay formas alternativas de aliviarse los síntomas sin tenerse que medicar.

Hábitos saludables durante el embarazo: de principio a fin

Durante el embarazo, desde la primera semana hasta la última, es muy importante que se cuide para cuidar a su bebé. Pero, a pesar de que deberá adoptar algunas precauciones y estar pendiente constantemente de cómo lo que hace -y lo que no hace- puede afectar al bebé, muchas mujeres aseguran que nunca se han sentido tan sanas como cuando estaban embarazadas.


Fuente: Actualizado y revisado por: Mary L. Gavin, MD
http://www.kidshealth.org

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